Por lo general, una persona contrata un proceso de coaching porque, tras reflexionar sobre diferentes aspectos de su vida, llega a la conclusión de que desea realizar un giro en su situación actual. Este "giro" no ha de ser necesariamente romper con todo lo anterior, sino que puede ser simplemente un cambio de actitud, un aprendizaje sobre sí mismo, un desarrollo de habilidades que ya posee… en fin.
El coaching principalmente se trata de crecer y desarrollarse, de no quedarse parado.